Page 70 - A Corazón Abierto
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El amor a la Iglesia nos distingue desde los orígenes. Ana
Maria nos enseñó a amar a la Iglesia más que a nuestras
vidas: es decir, a sentirnos parte de la gran familia de Dios, a
caminar en unidad con sencillez y humildad.
Ana Maria nos muestra una Iglesia que ama, cuida y sirve
a todas las personas como una madre lo hace con sus
hijos, y es lo que queremos continuar mostrando a toda la
humanidad.
Esta experiencia nos da un sentido de pertenencia
profundo: somos familia janeriana y nos sentimos Iglesia.