Page 20 - A Corazón Abierto
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El 3 de mayo de 1820 profesó, consagró su vida a servir a
Dios con un grupo de hermanas.
Su claridad para buscar la voluntad de Dios y su fe firme
la convirtieron en referencia para su comunidad. A los dos
años fue elegida como maestra de novicias, una tarea pre-
ciosa: la de cuidar y guiar a sus hermanas en el comienzo
de su vida religiosa.
Con 30 años fue nombrada superiora. Ella puso todos sus
dones al servicio de la comunidad y vivió al frente del grupo
momentos muy, muy complicados por las guerras y las cir-
cunstancias de aquel momento social.
Ana María siempre mantuvo los ojos y el corazón abiertos
para dar respuesta a toda necesidad y mantener a las her-
manas unidas.