Page 22 - A Corazón Abierto
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A Ana María le tocó vivir momentos realmente complejos,
duros y dolorosos del convulsionado siglo XIX: epidemias,
problemas políticos y económicos, disturbios, guerras y
todo tipo de conflictos.
Los hospitales de la zona se convirtieron en epicentro de
todo este sufrimiento. Ana María y las hermanas sirvieron
siempre a todas las personas sin distinción.
Hasta que llegaron las persecuciones a los religiosos y re-
ligiosas: se les echaba de sus casas y se les prohibía vivir en
comunidad. En estos momentos las hermanas se propusie-
ron mantenerse unidas en su vocación de servicio, aunque
estuviesen separadas.
Siempre hay dificultades, pero Dios nos da el valor que
necesitamos. La fuerza de sentirnos un solo corazón, uni-
dos en el amor, nos hace más fuertes para mantenernos
firmes. Sentirnos unos parte de otros, ser luz y alumbrar en
la oscuridad.