Page 44 - A Corazón Abierto
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”Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Rei-
no preparado para vosotros desde la creación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me
disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba des-
nudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel,
y vinisteis a verme.”
Mt 25, 34-36
Ana María nos deja como legado su capacidad de descu-
brir a Jesús en las personas más necesitadas, la invitación
a actuar y dar el primer paso: que nadie quede fuera de
nuestro corazón.