Page 48 - A Corazón Abierto
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Ana María se esfuerza por vivir en lo cotidiano desde el
amor, y en todo lugar y tarea tiene a Dios presente, porque
es lo que da valor y sentido a todo lo que hace.
Mujer de silencio y oración, sus palabras siempre son para
edificar y sostener al hermano, porque nacen del encuentro
con Dios, de su experiencia de vida y de fe. Su boca siempre
habla de la vida que hay en su corazón.
Esta vida interior se ve también en sus actos. Ella,
lejos de un activismo vacío o de acciones sin sentido, va
descubriendo en el trabajo de servicio a Dios que Él habita
en todas las personas y en especial en aquellas a las que se
les ha vulnerado su dignidad.